Los tornillos son piezas metálicas que sirven para unir dos o más objetos. Se componen de un cuerpo alargado en forma de rosca que se introduce en la superficie a fijar y de una cabeza que puede tener diferentes formas y ranuras. En la cabeza se emplea una herramienta adecuada, generalmente un destornillador, para realizar la fuerza necesaria para su fijación.
La principal ventaja de los tornillos es su fácil colocación y posterior desmontaje si fuera necesario.
¿Sabías que la Torre Eiffel se diseñó para ser una estructura temporal y ser desmantelada después de unos años? Por eso la mayor parte de sus componentes están unidos mediante tornillos.
Existe una gran variedad de tornillos, por lo que es importante elegir el más adecuado para cada ocasión. Normalmente la elección dependerá del material base, que es la superficie en la que fijamos el tornillo (ladrillo, hormigón, madera, pladur, etc.).