Por norma general, las siliconas se presentan en tubos o cartuchos con un aplicador en forma de cono incluido. Para facilitar que salga el producto, es conveniente utilizar una pistola de silicona. Accionando el mecanismo de la pistola, el producto sale por la cánula en una fina tira que se aplica sobre la junta de forma constante.
Para conseguir una buena adherencia, se debe limpiar bien la zona dónde va a ir la silicona antes de aplicarla, pero sin que queden restos de productos de limpieza.
Hasta aquí es fácil, ya que el fabricante nos proporciona un buen envase para su aplicación. Pero ¿cómo puedes conseguir que no queden manchas ni restos de silicona en la superficie donde la has aplicado? Un buen truco es utilizar agua y jabón.