En invierno, pocas cosas nos aportan mayor confort que disponer de un buen sistema de calefacción en casa. Tanto si se trata de chimeneas como de estufas que funcionen con leña o con pellets, es imprescindible que su sistema de evacuación de humos sea adecuado y esté debidamente instalado.
Si necesitas algunas recomendaciones o, simplemente, sientes curiosidad sobre el proceso de instalación, te invitamos a seguir leyendo.
Lo primero que debes tener en cuenta para instalar tubos de chimenea es escoger bien el material de fabricación y el diámetro del tubo y sus accesorios para que la salida de humos sea apropiada y suficiente. La decisión dependerá de varios parámetros como el tipo y la ubicación de la vivienda, el combustible utilizado y el tipo de chimenea o estufa y las instrucciones del fabricante.
Tipos de tubos de chimenea
Según su material de fabricación, los tubos de chimenea pueden clasificarse en:
- Acero inoxidable. De gran durabilidad y resistencia a la corrosión. Se recomiendan en instalaciones no vistas o en zonas de difícil acceso en las que deba asegurarse la estanqueidad del conjunto.
- Vitrificados. Esmaltados en acabado brillante o mate, de buena durabilidad y resistencia. Se recomiendan en instalaciones vistas, interiores o exteriores, que no estén sometidas a temperaturas bajas extremas.
- Galvanizados. Fabricados en acero y recubiertos de otros metales como el zinc. Su grosor varía entre 0,8 y 2 mm. A mayor grosor, mayor resistencia y durabilidad. Su bajo coste y la posibilidad de pintarse y, por lo tanto, integrarse en la decoración de la estancia, les convierte en muy buena opción. Su uso está recomendado para instalaciones interiores de no demasiado uso.
- Acero inoxidable de doble capa o aislados. Necesarios en zonas donde hace mucho frío. Está formado por dos tubos de acero inoxidable con un aislamiento de lana de roca o similar entre ambos. La capa de aislamiento evita la condensación de las impurezas del humo en la parte interior del mismo.
Pasos para instalar tubos de chimenea
El primer paso para la instalación del conducto es hacer una perforación en la pared del mismo diámetro que el tubo que se utilizará para la evacuación de humos.
En el caso de una vivienda unifamiliar, si el conducto de salida queda dentro del recinto privado como, por ejemplo, el jardín, la altura por la que sale el tubo de la pared puede ser la que más nos convenga. Por el contrario, si la salida del tubo se produce directamente en la calle o zona pública, la altura mínima deberá ser 2,20 metros para que no moleste a los transeúntes. Si se trata de un edificio o bloque de pisos, es necesario consultar y cumplir con las normas establecidas en la comunidad de vecinos.
La pieza que unirá el tubo saliente con el tubo vertical deberá ser una T registrable para que la parte inferior pueda desmontarse fácilmente y extraer la ceniza que se vaya acumulando en su interior.
Para calcular la distancia de separación a la que el tubo subirá por la pared deben tenerse en cuenta la necesidad de salvar el alero del tejado o cualquier otro obstáculo que impida que el tubo suba totalmente en vertical. También debe dejarse la distancia necesaria a la pared interior que, en cumplimiento de la normativa de seguridad, marque el fabricante, especialmente si la pared puede contener algún elemento inflamable (por ejemplo, unas cortinas).
La unión de piezas debe realizarse utilizando los materiales y los accesorios adecuados. En algunos casos, se requiere juntas de goma especiales para el calor. Dependiendo del tipo de tubo de chimenea, pueden ir encajados directamente, introduciendo uno dentro del otro. Otros modelos requieren la utilización de adhesivo o lubricante de silicona para mejorar el sellado y la protección de sus juntas. En cualquier caso, siempre debe respetarse el sentido de la flecha que en el propio tubo indica la dirección de la salida del humo.
Para asegurar que el tubo principal queda instalado completamente vertical se recomienda la utilización de un nivel.
La fijación del tubo vertical en la pared puede realizarse mediante un anclaje regulable o con varilla. En el primer caso, el propio soporte incorpora una tuerca y un regulador que permite ajustar la distancia de separación a la pared. Se ancla el soporte de la brida a la pared, se sujeta el tubo con la abrazadera y luego se ajusta la distancia con la pared. En el caso de utilizar una varilla roscada, ésta se corta a la medida necesaria según la distancia con la pared y se encaja al anclaje. La varilla se ancla a la pared y la brida se ajusta al tubo.
El último elemento que se instala es el sombrerete, que se encuentra al final del tramo, en la parte superior. Su función es la de evitar la entrada de agua y viento por el sistema de evacuación de humos. También impiden que animales aniden dentro de la chimenea.
Los principales tipos de sombreretes son:
- Chino: de diseño básico y simple, se utiliza principalmente para la salida de humos ya que al no tener los laterales protegidos, en situaciones de mucho viento, éste entra y queda retenido en el tubo en lugar de salir hacia el exterior.
- De balón giratorio rotante: se mueven a favor del viento.
- Antirevocante: diseñado para absorber mejor el humo y evitar el revoco por el aire.
El canal de humos debe sobresalir, al menos, 1,5 metros por encima de la parte más alta del tejado y, si hay algún obstáculo en un radio de 5 metros, el conducto de humos debe ser 1.5 metros más alto que dicho obstáculo.
Consejos para conseguir un buen tiro de chimenea
El tiro es la parte de la chimenea que se encarga de expulsar el humo hacia el exterior. Ya que se trata de una parte muy importante de la instalación, a continuación os ofrecemos una serie de recomendaciones:
- Medir la longitud total del tubo. El tiro necesita unas dimensiones específicas para que funcione de forma óptima. Los tubos deben tener una longitud mínima de 3 metros.
- Utilizar el diámetro de tubo adecuado. Es muy importante no colocar una reducción en la salida porque podríamos generar un problema de revoco de humos. De hecho, es preferible no instalar ningún codo ni reducción en los primeros 3 metros.
- Realizar el correspondiente mantenimiento y limpieza de los conductos para evitar la condensación de partículas en el interior de los tubos. Al menos, una vez al año, antes de la época de inverno o a la finalización de la temporada.
- Colocar el tubo recto verticalmente.
- No utilizar más codos ni uniones que los necesarios. Los tramos no verticales deben tener el menor recorrido posible y con una inclinación, preferiblemente, menor a 45º.
- En la parte final del tubo, colocar siempre un sombrerete.
- En la combustión, utilizar materiales de buena calidad, libre de resinas. De este modo se facilitará la calcinación, se alcanzarán altas temperaturas en poco tiempo y se reducirá el tiempo de salida del humo a través de los conductos.
En Hierros Molina ponemos a tu disposición diferentes tipos de tubos y todos los accesorios que puedas necesitar para realizar la instalación al completo. Consulta nuestro catálogo o ponte en contacto con nosotros para comprobar disponibilidad o solicitarnos asesoramiento.